Pequeña, aromática, calmante... pero sobre todo, conocida por sus efectos digestivos que junto con el anís crean la mezcla más conocida en el mundo de las infusiones.
Sin embargo, no hay que olvidar que esta minúscula flor contiene en su esencia uno de los principios activos más utilizados en cosmética natural.
La manzanilla, también llamada camomilla, posee propiedades antiinflamatorias y calmantes sobre la piel . Su nombre científico de la Manzanilla es «Matricaria», nombre que procede del latín matrix, que significa útero, lo que explica que la manzanilla sirve para tratar dolencias propias de la mujer.
Los egipcios consagraron esta flor al Sol, puesto que curaba las fiebres (calor). Otras fuentes afirman que se trata de una hierba lunar porque ejerce un efecto refrescante. Indudablemente los sacerdotes egipcios reconocieron sus efectos calmantes en las afecciones nerviosas.
Originaria del sur y oeste de Europa, se cultiva ampliamente en América como aromática y medicinal. Se propaga por semilla en suelo arenoso, rico en calcio, soleado, protegido del viento.
Su alto contenido en flavonoides y vitamina C produce un efecto antiinflamatorio y analgésico en la piel. Ayuda a calmar las irritaciones de la piel y mejorar el estado de las pieles atópicas.
Entre sus virtudes en su uso cosmético destaca su acción sedante sobre las terminaciones nerviosas por lo que resulta ideal para las pieles delicadas proporcionando además hidratación, purificación y relajación.
La flor calmante
· Ayuda a REGENERAR las heridas y cicatrices
· Efecto CALMANTE sobre la piel. Ideal para usar en pieles sensibles
· Limpia, TONIFICA y SUAVIZA la piel
· ANTIINFLAMATORIA. Restaura el equilibrio de la piel inflamada así como ayuda a tratar la cuperosis y la rosácea
· Efecto regenerante ANTIARRUGAS
· Ayuda a eliminar las ojeras
· ALIVIA las irritaciones cutáneas, eccemas y erupciones
· Es ANTIBACTERIANA
· REDUCE el picor y la caspa del cabello